Nos sorprenderíamos si "Limpiar mi cepillo para el cabello" se encontrara en los primeros puestos de tu lista de cosas para hacer. Lo más probable es que ni siquiera esté en tu lista de tareas. Y la limpieza del cepillo para el cabello no es exactamente algo que puedes hacer fácilmente mientras miras televisión o te relajas después de una cena a la luz de las velas. Pero suponemos que de vez en cuando, miras tu cepillo y ves cosas que preferirías no ver.
Si no sueles darle importancia al estado de tu cepillo para el cabello, queremos contarte que es mucho más factible lograr los resultados que deseas con un cepillo limpio que con uno repleto de hebras de cabello y restos de productos capilares. Además, ¿qué lógica tiene cepillarte el cabello con un cepillo sucio luego de tomarte el trabajo de lavarlo con champú y acondicionador?
También es importante tener en cuenta que una buena higiene es importante para tu salud y bienestar general, y eso incluye tu cabello. Limpiar tu cepillo es una medida de prevención, igual que lavarte las manos.
La buena noticia es que cuanto más a menudo limpies tus cepillos para el cabello, más fácil te resultará el proceso, y mejores resultados obtendrás de ellos. A continuación te explicamos cómo limpiar un cepillo para el cabello, de modo que rinda al máximo.
Te preguntarás cómo es posible que tanto cabello se acumule en las cerdas de tu cepillo y cómo sacarlo. No te preocupes, tenemos la respuesta.
Un peine obra maravillas. Ubícalo en la base de las cerdas del cepillo para el cabello y "peina" las cerdas hasta que puedas sacar el cabello acumulado. Rota el cepillo y repite este procedimiento hasta eliminar todo el cabello. Insertar el extremo de un peine de púa entre las cerdas también puede ayudar a aflojar el cabello atascado en el cepillo. Para limpiar los cepillos planos con cerdas espaciadas de puntas redondeadas, usa un peine tenedor, de la misma manera.
Suelta el pelo en varios lugares introduciendo un objeto puntiagudo entre el pelo apelmazado y la base de las cerdas. (Hemos oído hablar de bolígrafos, lápices, punzones, picahielos y destornilladores delgados, pero recomendamos la punta del mango de un peine de púa). Con un par de tijeras pequeñas, corta las hebras de cabello sueltas que encuentres entre las columnas de cerdas y tira hacia afuera. No te costará desenrollar el pelo si lo cortas primero.
Ahora que puedes ver claramente la base de las cerdas, es momento de profundizar la limpieza de tu cepillo para el cabello. Ya sabemos lo que encontrarás: polvo, suciedad, pelusa, residuos de productos de peinado, aceite y escamas de piel. Nada atractivo.
Llena tu lavabo o un recipiente de buen tamaño con agua tibia. Añade una gota de champú purificante (también puedes usar champú para bebé, jabón líquido de Castilla o algún champú transparente). Remueve el agua para que se formen burbujas.
En esta etapa, es importante tener en cuenta el tipo de cepillo:
Luego de mojar y remover el cepillo en el agua con jabón o champú, enjuágalo bien con agua tibia y observa el resultado logrado. Si estás satisfecha, avanza al paso 3. Si no te agrada el resultado obtenido, refriega el cepillo y la base con un cepillo de dientes suave y limpio para eliminar cualquier resto que haya quedado. Vuelve a enjuagar.
Seca el cepillo con un paño limpio y seco, y sacúdelo sobre el lavabo para eliminar el exceso de agua. Todos los cepillos para el cabello deben limpiarse, pero la manera de secar el tuyo en particular dependerá del tipo de cepillo que tengas (por no mencionar el clima, que es otro factor a tener en cuenta).
Para evitar la acumulación de residuos y facilitar la limpieza, lava o limpia tus cepillos una vez por semana. Si eres constante, lo más probable es que solo debas limpiarlos en profundidad una vez al mes.
Y no limites la limpieza a las cerdas y las bases. La suciedad y los residuos de productos también pueden acumularse en los mangos, así que recuerda limpiarlos también.